Una pregunta surgió en los últimos meses entre la comunidad escolar de todos los niveles, desde los básicos hasta los superiores: ¿las instalaciones educativas en este regreso a clases tendrán que reinventarse? ¿o seremos los alumnos, maestros, familias y personal administrativo quienes tendremos que modificar nuestra relación con la escuela, nuestros compañeros y nuestras actividades escolares?
En marzo de 2020 se cerraron miles de planteles escolares alrededor del mundo a las clases presenciales con la idea que solo serían unas semanas de ausencia ante el desconocimiento de los alcances del Covid-19. Sin embargo, el alargamiento de la pandemia y el surgimiento de nuevas cepas no solo pusieron en evidencia las desigualdades entre los alumnos en cuanto a recursos tecnológicos para seguir las clases desde sus hogares, la calidad educativa de los profesores, la capacidad de aprendizaje de los educandos y, en especial, diversas violencias que éstos viven cotidianamente, sino también las fallas de las estructuras educativas para atender a los estudiantes bajo circunstancias adversas.
La UNICEF, en reportes emitidos en marzo y agosto de 2021, expone que:
- Son más de 168 millones de niños en todo el mundo cuyos planteles educativos estuvieron cerrados por más de un año, con sus consecuencias.
- 1 de cada 7 de 214 millones de niños que de alguna forma acudían a clases perdieron 75% de su educación presencial.
- Dos tercios de los 14 países más afectados por el cierre de escuelas son de América Latina y el Caribe.
- 140 millones de niños pospondrán indefinidamente su primer ingreso a clases.
Y aunque ya se está dando un regreso a clases y a las aulas físicas paulatino, muchos estudiantes ya habrán abandonado sus estudios por haber ingresado al mercado laboral para subsanar la crisis económica, consecuencia del paro de actividades o pérdidas humanas de quienes mantenían los hogares, y otros más por miedo al contagio preferirán permanecer en la educación en línea.
En marzo de 2021, el INEGI dio a conocer las siguientes cifras respecto al ciclo escolar 2020-2021 en México:
- 5.2 millones de alumnos de 3 a 29 años no se inscribieron por el cierre de escuelas y la falta de recursos, tanto económicos como digitales.
- 26.6% del alumnado no se inscribió por considerar que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje.
- Los únicos alumnos que tuvieron algunos momentos de clases presenciales fueron los de los pueblos originarios, cuyos maestros son del mismo lugar e impartían clases al aire libre.
- 28.6% de las casas con alumnos inscritos al ciclo escolar compraron teléfonos inteligentes y otros dispositivos electrónicos, como televisores, computadoras o tablets.
- 26.4% contrataron un servicio de internet fijo.
- 20.9% adquirió mobiliario adecuado para que los estudiantes trabajaran en casa como escritorios, sillas ergonómicas y mesas de trabajo. Todo esto sin contar los libros y algunos equipos que tuvieron que adquirir por el cierre de bibliotecas, laboratorios y otras instalaciones.
Por su parte, una encuesta elaborada por la Ibero Ciudad de México a finales del ciclo anterior, destaca que uno de cada cuatro alumnos de educación básica, media superior y superior considera abandonar sus estudios.
En cuanto al regreso a clases presenciales, después de 17 meses del cierre de instalaciones educativas, en este periodo escolar la SEP habla de alrededor de 25 millones 253 mil niños mexicanos de preescolar, primaria y secundaria que iniciaron clases el pasado 30 de agosto en 230 mil planteles.
Sumando alumnos de otros niveles se calcula que son alrededor de 32.9 millones de ciudadanos entre 3 y 29 años los que se inscribieron al curso. Sin embargo, quiere decir que únicamente el 60.6% de ese rango de edades de estudiantes volvieron a las clases para este ciclo, respecto al ciclo 2019-2020, esto en modalidades presencial y virtual. En la Ciudad de México más del 90% de las escuelas abrieron sus puertas. (Expansión e INFOBAE, 30/08/2021)
Y ¿qué está pasando con las instalaciones educativas este regreso a clases?
Antes de voltear hacia el presente-futuro, veamos en qué condiciones se encontraron las instalaciones educativas durante el confinamiento. Por lo que nos hemos enterado en los medios de comunicación, varias escuelas públicas de distintos estados de la República sufrieron robos de los pocos equipos que tenían, como computadoras y otros recursos, y de mobiliario, además de que sus instalaciones fueron vandalizadas, lo que las dejó en situaciones difíciles para el regreso a clases, esto señala también la brecha entre unos grupos y otros. En cuanto a las escuelas privadas, también tuvieron pérdidas económicas ya que mantuvieron el pago de rentas y del personal, el que no despidieron, lo que las debilitó financieramente y, en consecuencia, disminuyeron los recursos para mantenimiento de los planteles, a pesar de que no esto no fuera su intención.
Los retos están, entonces, en recuperar estos espacios escolares tan necesarios para los menores y los jóvenes, ya que es evidente la importancia de la función social de la institución escolar en términos de socialización y de construcción de identidades.
No podemos dejar de lado aquello que lograron construir los más afortunados, en su proceso de aprendizaje, en materia de autocuidado, autonomía, organización del tiempo y de sus actividades, así como del despliegue de estrategias que llevaron a cabo para acercarse al conocimiento. De igual forma, los maestros tuvieron que desarrollar nuevas habilidades para sus actividades didácticas; los más alejados de la tecnología empezaron a relacionarse con esta y desarrollar estrategias educativas a partir de los recursos y los medios con los que contaron y cuentan. Los profesores que ya venían utilizando la enseñanza a distancia fortalecieron sus técnicas y diversificaron sus esquemas de enseñanza aprendizaje. Programas como los del CUAED de la UNAM, están apoyando a los docentes en este proceso de cambio educativo, ya que ofrecen el Sistema de Aulas Virtuales y Ambientes Educativos, que fomenta la interacción en la comunidad universitaria de la UNAM y permite la actividad docente a distancia a partir del uso de las herramientas Web Conference y Learning Managment System (LMS). Este sistema alberga para los docentes y alumnos, las principales plataformas que permiten establecer sesiones de trabajo en tiempo real y en tiempo diferido.
Hoy lo ganado no puede desecharse. La nueva escuela, como espacio físico, deberá incorporar las diversas opciones para atender a los alumnos presenciales y virtuales. Los modelos híbridos, al parecer, no desaparecerán.
Con esto, las estructuras de las escuelas deberán contemplar aulas en las que los profesores puedan interactuar con ambas modalidades de alumnos y vincularlos, salones de clase que les permitan el uso de tecnologías y la atención a los alumnos in situ. De igual forma, la dinámica de circulación e interacción dentro del espacio educativo tendrá que apegarse a las nuevas normatividades. En esto, la asesoría de arquitectos, diseñadores de interiores, especialistas en planes de reconversión de espacios inmobiliarios, como CREA, y diseñadores industriales entre otros podrá ser altamente rentable.
No podemos dejar de considerar como un gran reto la adecuación de las escuelas con menores recursos y que operaban con muchas limitaciones, aún antes de iniciada la pandemia, a consecuencia de una infraestructura pobre, la carencias de recursos tecnológicos de apoyo para los docentes, y toda una suma de limitaciones del sistema educativo, mismo que no solo deberá seguir los lineamientos sanitarios emitidos por la OMS que recomienda “Realizar cambios que beneficien la salud infantil y el control de infecciones” y la Secretaría de Salud deberá impulsar la colaboración interdisciplinaria e interinstitucional para rediseñar los espacios educativos en bien de los educandos.
En cuanto a los puntos que marca la SEP para las instalaciones educativas rescatamos los siguientes:
- Espacios de clases amplios, bien ventilados y con asientos muy separados o bloqueados.
- Filtros de salud en la entrada y en el salón de clases con detectores de fiebre y sanitizadores.
- Lavabos suficientes y con el agua necesaria para el buen lavado de manos.
- Dispensadores de cubrebocas y gel antibacterial.
- Acondicionamiento de diversos espacios abiertos.
- Equipos de comunicación inmediata funcionando adecuadamente para pedir ayuda ante la sospecha de algún caso de Covid-19.
- Salas especiales para apoyo socioemocional. (SEP, agosto 2021)
Impacto económico en el sector inmobiliario de instalaciones educativas
Si consideramos la premisa actual de que la escuela, de ahora en adelante deberá ser un espacio flexible y con facilidades para adecuarse de tal forma que se privilegie al alumno, tal vez algunas escuelas busquen adecuar sus espacios o buscar nuevos locales donde puedan cumplir con las expectativas de los alumnos y el personal.
Considerando que las operaciones de venta de inmuebles tuvieron un decremento hasta del 16% durante 2020, podemos pensar que dentro de este rubro entra la adquisición o renta para espacios escolares. Por esta razón, el mercado inmobiliario debe reinventarse y adaptar los espacios de acuerdo a las necesidades actuales y publicitarse con precios competitivos.
Una oportunidad para el mercado inmobiliario, está en la venta o renta de viviendas con todas las comodidades e instalaciones para las clases virtuales y el home office. Aunque el regreso a las aulas a partir de este ciclo escolar es una realidad, también sabemos que los niños y los jóvenes continuarán con algunas clases y actividades extracurriculares virtuales, y para tener un mayor rendimiento, también requerirán tener todas las comodidades en casa y esto, tal vez, generará movilidad para algunas familias.
Otro de los subsectores que tuvo un desplome de casi el 100% durante la pandemia y que tiene la posibilidad de recuperarse es la renta de departamentos para estudiantes foráneos de las universidades, aseguró a El Economista, en abril de 2021, Maricela Rodríguez presidenta de la AMPI, sección Puebla.
Muchos departamentos fueron desocupados una vez que se decretó el aislamiento social y el cierre de escuelas. Sólo permaneció ocupado el 2% de los departamentos y habitaciones en renta para estudiantes con aquellos que estudian y trabajan para pagar su educación, en Puebla. Este mercado consta de 2,500 departamentos que rentan entre $3,000 y $6,000. Maricela Rodríguez recordó que tienen ubicadas 450 universidades con una matrícula de 250,00 estudiantes, de los cuales el 30% proviene de otras entidades.
Por otro lado, un sector que está capitalizando los espacios vacíos es el de los centros comerciales, los cuales desde antes de la pandemia comenzaron a diversificar el tipo de arrendadores o compradores de estos. Además de incluir gimnasios, área de juegos infantiles y salones para aprendizaje de disciplinas deportivas o danza, una tendencia que puede considerarse a nivel global, es la de abrir locales o áreas amplias para ser usadas por los niños y jóvenes para adquirir distintos aprendizajes. Estas áreas se han convertido en talleres, centros de estimulación temprana, jardines de niños, salones para aprendizaje recreativo, ya sea de ciencias o artes, y, en su caso, cuando se apegan a la currícula escolarizada, se asocian a la educación formal tendiente a la profesionalización o a la capacitación para el empleo, como la computación y tecnologías domésticas, respaldados por los reconocimientos oficiales. Las ventajas que ofrecen es que son instalaciones que están adaptadas y equipadas con tecnologías de la información y comunicación, apoyos didácticos y mobiliario especial; también tienen vigilancia y entrada y salida restringidos para mayor seguridad, están limpias y se han diseñado con un sentido de sustentabilidad, responsabilidad y orientadas al desarrollo de las inteligencias múltiples.
Después de lo visto anteriormente, y a pesar de las condiciones difíciles del entorno por el Covid-19, la visión positiva nos la muestra Fibra Educa que mantiene su meta de crecimiento apostando sus inversiones en México y logrando un desempeño positivo en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), reflejado en la apreciación de 80% en el precio de sus certificados bursátiles fiduciarios inmobiliarios (CBFI). En lo que va de este año, la ganancia acumulada es de más de 18 por ciento.
Fibra Educa es un fideicomiso de inversión en bienes raíces único en su tipo en México y en el mundo, se especializa en adquirir, operar, desarrollar y administrar inmuebles preponderantemente destinados a servicios educativos. Su portafolio de 59 propiedades suma alrededor 449,000 metros cuadrados, de estas 54 corresponden al sector educativo. Al segundo trimestre de 2021, sus ingresos no han disminuido, ni tampoco ha despedido o disminuido salarios a empleados o directivos, por falta de liquidez o solvencia.
Si bien nos queda claro que hay que priorizar la comunicación y bienestar del estudiante, también hay que revisar más a fondo cuáles son sus expectativas ante los cambios y adecuaciones de los espacios educativos. Para ello, CREA puede desarrollar un estudio de mercado cuyo objetivo sea conocer qué aspectos adecuar en sus instalaciones educativas para que sigan resolviendo las necesidades y gustos de los alumnos.