Desde la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México ha demostrado su eficiencia y competitividad en sectores manufactureros clave, como la industria automotriz, aeronáutica y electrónica. Sin embargo, la tendencia emergente del nearshoring, en línea con la evolución del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), está abriendo nuevas puertas para la diversificación de la actividad industrial en el país.
Los sectores manufactureros que ya han probado su éxito, como la automoción y la aeronáutica, siguen siendo pilares en las exportaciones nacionales. Además, la industria médica y de salud, hasta ahora infrautilizada, muestra un gran potencial de crecimiento.
Expertos en el campo, como Gonzalo Robina, director general adjunto de Fibra Uno (FUNO), resaltan la importancia estratégica del sector salud y hospitalario en la región norteamericana. La pandemia ha evidenciado la necesidad de contar con suministros y equipos médicos accesibles en caso de emergencia, presentando a México como una oportunidad para establecerse en este sector.
Vladimir de la Mora, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en México (AMCHAM), y Luis de la Calle, director general y socio fundador de De la Calle, Madrazo, Mancera (CMM), coinciden en que la industria médica abarca diversas áreas, desde el desarrollo farmacéutico hasta el turismo médico, en las que México posee ventajas competitivas.
El sector eléctrico y tecnológico también se encuentra en el centro de atención. Con la llegada de los automóviles eléctricos, México tiene la oportunidad de desarrollar componentes esenciales, lo que requiere la adquisición de nuevas habilidades técnicas por parte de las empresas. El país ha demostrado su capacidad para desarrollar tecnología en sectores como el automotriz y aeroespacial, generando así la posibilidad de atraer inversiones tanto en manufactura como en tecnología.
La industria agroalimentaria y la vinculación con el sector del gas natural también emergen como áreas de oportunidad. México ya representa el 25% del mercado de alimentos de Estados Unidos, lo que lo posiciona como un importante jugador en este sector. Además, la explotación de los recursos de gas natural podría potenciar la industria petroquímica, el acero y otros derivados, aumentando el valor agregado por línea producida.
Los expertos destacan que el país debe aprovechar las políticas públicas estadounidenses que buscan fortalecer la posición de México frente a China, como la Ley conocida como The Chips and Science Act, que incentiva las inversiones en microchips y tecnología en América del Norte. México, con su abundancia de ingenieros y capacidad de retener capital intelectual, podría beneficiarse de estas inversiones.
El nearshoring está impulsando la diversificación de los sectores manufactureros en México, abriendo oportunidades en campos como la industria médica, eléctrica, tecnológica y agroalimentaria. Con su historia de éxito en sectores clave y una base sólida de ingenieros talentosos, México se encuentra en una posición privilegiada para aprovechar estas oportunidades y consolidar su posición en la región norteamericana.
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