El mercado inmobiliario ante la COVID-19 no ha estado ajeno a las diversas situaciones que han surgido a raíz del crecimiento exponencial de los contagios del coronavirus. En este aspecto, se han podido detectar oportunidades y amenazas para el sector inmobiliario, mismas que habría que atender.
Por un lado, la crisis ha golpeado a la estructura productiva y empresarial, la que, según la CEPAL, en América Latina ya tenía debilidades históricas. Entre las situaciones que han puesto en riesgo las dinámicas comerciales, están la incertidumbre, los problemas económicos y las modificaciones que las personas están haciendo en su forma de vivir, invertir, trabajar y consumir bienes y servicios, de acuerdo con Deloitte.
Sin embargo, estos factores, bajo otra perspectiva, podrían dar un giro y colocarse a favor de los empresarios inmobiliarios, quienes pueden desarrollar alternativas y variantes para recuperarse o abrir nuevas ofertas de servicios a su mercado. Esto se demuestra con algunos ejemplos que se abordarán más adelante.
Si bien, en 2019, el mercado inmobiliario estaba estable y con perspectivas de crecimiento, tanto en ventas como en construcción y renta, este año 2020, se ubica entre los sectores más afectados, sin embargo, no es imposible sacarlo adelante con buenos resultados.
¿Cómo se percibía el sector inmobiliario en 2019? De acuerdo con un análisis de 4S Real State y publicado por Inmobiliare, la expectativa de los líderes de la industria era un crecimiento de 32%, por otro lado, 22% pensaba que mejoraría hacia este año y 54% que se mantendría. La Asociación mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) estimó un crecimiento para 2020 entre 5.25% y 6%.
¿Qué se ve en el panorama a casi un año de iniciada la pandemia en México? En el Foro Forbes Conecta Real State, Enrique Tellez, presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), señaló que se ha visto frenado este sector por la crisis sanitaria y que sus complicaciones han sido mayores a las que se presentaron por la transición en el gobierno federal. En ese evento, se mencionó que la industria inmobiliaria empezará a recuperarse hasta 2023. Lo que se necesitará para ello es:
- Generar demanda sólida
- Estado de Derecho y políticas públicas que generen un ambiente positivo para la inversión
- Accesos a mercados de capital y de deuda
- Procesos ágiles y eficientes para permisos y licencias
Las debilidades generadas por la COVID-19 y que también han golpeado otros sectores de la economía, han repercutido en el mercado inmobiliario del 2020. Debilidades que podrían convertirse en nuevos proyectos con la asesoría de CREA Soluciones consultores inmobiliarios, quienes son expertos en desarrollar estrategias comerciales para el sector inmobiliario.
El otro lado de la moneda.
De acuerdo con publicaciones internacionales, como Architectural Digest y JLL, puede haber una ventana de oportunidad en cuanto al sector. Algunos inversionistas ven un regreso a la nueva normalidad como una V no pronunciada, sino bastante modesta, en tanto otro grupo ve la recuperación como un proceso en W, es decir con momentos de despegue pero con otros en los que todavía quedan rezagos de las medidas tomadas por los distintos gobiernos en cuanto a salud, educación, trabajo y finanzas, mismas que impactan a otras economías por el efecto de la globalización. Lo que sí es un hecho es que se están buscando alternativas viables en cuanto a lo que se refiere a vivienda. Desde estimular la construcción nueva hasta remodelar lo ya construido.
Entre las opciones que mencionan está la de aprovechar los beneficios fiscales que se ofrecen en este momento, como ampliación de plazos y revisión de tasas impositivas, para ordenar sus finanzas internas. En otro apartado, se menciona que al convertir las casas familiares en un espacio de convivencia, trabajo y educación, muchas personas que cuentan con algunos ahorros están invirtiendo en sus remodelaciones y adecuaciones o también están buscando propiedades que se adapten al nuevo modelo de vida y que satisfagan todas sus necesidades de espacio. Ahí, los desarrolladores podrán ofrecer nuevos espacios o modelos habitacionales que, a la larga, beneficiarán a los propietarios que rentan o venden y al sector de la construcción en mayor escala.
Otro ejemplo, el turismo que es de los más golpeados y que dejó de invertir en la edificación de nuevos establecimientos o en la compra de los mismos, por el cierre de sus instalaciones, por las reglamentaciones emergentes y el paro de servicios ante la falta de demanda. Hoy, que tiene que recuperarse e implementar protocolos severos de calidad higiénica, se le podrán ofrecer la adaptación arquitectónica y ambiental de sus inmuebles, la ampliación de sus áreas verdes o espacios abiertos e instalación de módulos y equipos sanitizantes para apoyar en el cumplimiento de los protocolos y el cuidado de sus huéspedes, incluso, podrían adquirir terrenos aledaños para diversificar su oferta turística.
Otro impacto específico que la crisis ha traído a la industria inmobiliaria, es el relacionado con el sector empresarial. Muchos empresarios dejaron de comprar o rentar en complejos de oficinas, desde las individuales hasta las relacionadas con el coworking. Mientras algunos empresarios han solucionado sus operaciones y servicios a través del home-office y las ventas en línea, otros, que pudieran requerir presencia física o trabajar bajo un modelo híbrido, se encuentran en la búsqueda de espacios que cumplan con las nuevas disposiciones sobre las medidas sanitarias para los centros laborales, con lo que habría que incorporar estos nuevos parámetros, lo que se puede convertir en una redituable oferta de valor al vender o rentar.
En fin, habrá que revisar las características de cada uno de los tipos de propiedad, especialmente las de mayor extensión, para generar nuevas formas de vender o rentar. Incluso, muchos clientes potenciales han solicitado nuevos cánones y cambios en la forma de relacionarse con los ofertadores de espacios inmobiliarios ante la nueva normalidad. Cambios que podrían ser favorables a ambas partes, tanto para los compradores como para los desarrolladores o patrocinadores inmobiliarios.
Aquí planteamos sugerencias y líneas de acción tomadas de diversas opiniones de expertos, como Deloitte, y que podrían desarrollarse para lograr una mejor situación ante esta nueva normalidad:
- Aprovechar las nuevas tecnologías y la facilidad de conexión entre los actores involucrados en el sector inmobiliarios y los clientes potenciales.
- Generar valor a partir de esta experiencia, rediseñando los inmuebles y los espacios, para que se eliminen los factores de riesgo sanitario. Pueden instalarse sistemas de sanitización, abrirse espacios cerrados, buscar mayor ventilación y solicitar las asesorías de los ingenieros ambientales, especialistas en sanidad y otros.
- Hacer planes a corto y mediano plazo que equilibren la inversión frente a las posibilidades reales de recuperación, siempre considerando las posibilidades de los compradores potenciales e interesados en los alquileres.
- Para apoyar el punto anterior, un estudio de mercado inmobiliario profesional que considere la COVID-19 como una variable, dará opciones más viables para ofrecer o adquirir propiedades que garanticen inversiones en mejores condiciones para ambas partes.
¿Tu proyecto inmobiliario está detenido y tu capital en riesgo por la contingencia sanitaria generada por la pandemia de COVID-19? Tenemos soluciones que pueden ayudarte.
CREA, puede diseñar para ti un plan de negocio inmobiliario apegado a tus expectativas. Este estará adecuado a las características que los nuevos tiempos están exigiendo para el sector. Se basará en un estudio de mercado inmobiliario frente al impacto de la COVID-19. Así, tendrás mayor certeza sobre las negociaciones o inversiones que piensas realizar en torno a comprar, vender o construir este o el próximo año.