México cuenta con 7 estados vitivinícolas donde, además de campos de cultivo de uva y bodegas de elaboración de vino se están abriendo otras oportunidades al sector inmobiliario como el enoturismo, hoteles, desarrollos de vivienda y venta de lotes, tanto a nacionales como extranjeros. De acuerdo con el artículo Turismo enológico y rutas del vino en México de la UAEM, esta tendencia, basada en experiencias enoturísticas europeas y en proyectos de la academia mexicana documentados desde finales del siglo pasado, representaba un potencial para diversas actividades económicas vinculadas, de ahí que también lo sea para los inversores y desarrolladores en bienes raíces.
Los primeros estados del país que desarrollaron rutas vitivinícolas, a principios de ese siglo, fueron Baja California en 2005, especialmente la zona de Valle de Guadalupe, donde se asientan numerosas casas productoras de vino como señala la Secretaría de Cultura, y Querétaro en las zonas de Bernal y Ezequiel Montes en 2007, eso despertó el interés en el sector hotelero y de servicios turísticos, con lo que se inició la conformación de clústers Eno-Gastronómicos que se componen de restaurantes y bodegas; de igual forma, se empezaron a generar diversos emprendimientos regionales, como hoteles, escuelas especializadas, venta de productos agroalimentarios, artesanías y servicios de spa y vinoterapias, además de eventos culturales, ferias y vendimias, que hicieron aún más atractivas las zonas, las estadísticas señalan que, en 2019, a las festividades de Valle de Guadalupe asistieron 120 mil personas. Mismo fenómeno se observa en otros estados donde la actividad vitivinícola está fortaleciéndose, así lo indica la investigación Industria Vitivinícola Mexicana en el Siglo XXI.
De acuerdo con el Consejo Mexicano Vitivinícola, México cuenta con 14 estados productores de vid, siendo estos Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas. En dichas entidades en total se cultivan 37 mil hectáreas que producen casi medio millón anual de uva en sus distintas variedades, de las cuales 12.5% se destina a la elaboración de vinos, de estos se producen 2.5 millones de cajas. En este proceso se emplean 500 mil jornaleros. Hay que reconocer que México aún no es un exportador a gran escala de sus vinos, algunas empresas reportan exportaciones entre 5% y 30% de su producción, principalmente a Estados Unidos.
Según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la exportación de vinos mexicanos ha venido creciendo año con año, en 2019 fue de 6 millones 485 mil 425 dólares, 7.9% más que el año anterior.
Un dato de suma importancia es el aumento en consumo per cápita de vino en México. Según el último dato del 43o Congreso Mundial de la Viña y el Vino 2022 que se realizó en Baja California del pasado 31 de octubre al 04 de noviembre, el sector reporta que el consumo per cápita en México ya alcanzó los 1.2 litros.
Sin embargo, la cifra del consumo per cápita de vino en México está aún lejana a la de otros países con mayor tradición de consumo de vino, sobre todo países europeos.
Top ten countries with the highest wine consumption per capita in 2021 (International Organisation of Vine and Wine)
El crecimiento de la industria del vino, ha impulsado el desarrollo inmobiliario en las regiones de viñedos. En este caso, CREA ha detectado la necesidad de construir diversos tipos de inmuebles entre los que destacan desarrollos hoteleros, habitacionales, restauranteros e, incluso, industriales.
Desarrollos hotelAl igual que ha sucedido en otras zonas productoras de vino como Napa Valley, California en USA, las zonas vitivinícolas han desarrollado conceptos hoteleros principalmente tipo boutique y glamping con restaurantes de autor y SPA. Algunos de estos hoteles cuentan incluso con Branded Residences que pueden ser parte del pull de cuartos ofrecidos por el hotel y ofrecen una rentabilidad a los inversionistas que las compraron.
El Valle de Guadalupe en Baja California es la región vitivinícola más grande de México. Con sus más de 100 bodegas produce el 90% del vino de México y recibe aproximadamente 750 mil visitantes al año. El número de hoteles boutique en el Valle de Guadalupe es cercano a 25 hoteles con una tarifa promedio por noche entre USD$300 y USD$500.
Desarrollos residenciales
En cuanto a la oferta residencial puede ser permanente o vacacional, de la turística destacan los Branded Residences y de la permanente, diversos desarrollos de casas y lotes en venta cercanos a las regiones vitivinícolas.
Desarrollo de restaurantes
Algo que ha impulsado la visita de turistas nacionales e internacionales y fortalecido la identidad local es el rápido desarrollo de la gastronomía, esto ha generado la apertura de restaurantes en donde se pueden degustar platillos gourmet maridados con vinos regionales. También se ofrecen a grupos selectos de la sociedad “vinos de autor” hechos por pequeños productores.
Desarrollo industrial
De acuerdo con el Colegio de la Frontera Norte, en las regiones vitivinícolas también se ha buscado el incremento en la competitividad y la calidad. Eso se ha reflejado en las instalaciones dedicadas a la producción y al almacenaje. En este rubro se han abierto bodegas en diversos estados sin que necesariamente la casa productora tenga un viñedo.
Clústers Vitivinícolas
Enseguida mencionamos algunos clústers vitivinícolas que están fomentando el desarrollo inmobiliario en diversas regiones del país.
Clúster vitivinícola en Valle de Guadalupe
En Baja California existen 170 productores y hay 4,270 hectáreas plantadas de acuerdo con el Consejo Mexicano Vitivinícola, de estos 140 productores se asientan en el Valle de Guadalupe. Este clúster se ubica en Ensenada y se extiende hacia los valles de San Antonio, Ojos Negros, Santo Tomás, San Vicente, La Grulla, Tanamá, Las Palmas y San Valentín y abarca los poblados de Francisco Zarco, El Porvenir y San Antonio de las Minas. En este lugar se produce 90% del vino nacional, concentra 94% de las casas vitivinícolas del país y su producción ha ganado más de 300 premios internacionales. Las principales bodegas son: Casa Pedro Domecq, Adobe Guadalupe, Casa de Piedra, Barón Balch’e, Chateau Camou, L.A. Cetto, Viñas de Liceaga o Monte Xanic.
El turismo en Valle de Guadalupe genera una derrama económica anual de alrededor de 800 millones de dólares. De acuerdo con el Colegio de la Frontera Norte en la zona se ubican sitios para acampar, balnearios, hoteles boutique (que antes eran haciendas), galerías de arte, tiendas de vinos, cultura indígena, sitios naturales y actividades al aire libre, y a lo largo del año hay fiestas como la de la Vendimia. La Escuela de Enología y Gastronomía de la Universidad Autónoma de Baja California se enfoca en la mejora turística de la región. En cuanto a zonas habitacionales, aún no son extensas y se pretende limitarlas y reglamentarlas a través de un programa de desarrollo urbano-turístico y de un programa de reordenamiento ecológico a fin de proteger las áreas naturales del Valle de Guadalupe.
La Universidad de Bienes Raíces y la Asociación de Profesionales Inmobiliarios de Tijuana mencionan que los terrenos en la zona han incrementado sus precios hasta en un 60% en los últimos años, al mismo nivel que otras zonas turísticas como la Riviera Maya.
Clúster vitivinícola en Querétaro fomenta la construcción de hoteles y comercios
Cuenta con 600 hectáreas de viñedos; 20 hoteles con 5,000 habitaciones y 11 queserías artesanales. Se espera que este proyecto tenga un crecimiento anual de hasta 10% en la producción de vino y que aumente en 60% la superficie de viñedos para el 2028 según El Economista.
El analista inmobiliario Leonardo González, indicó que el nuevo clúster vitivinícola en Querétaro incrementa la oferta de vivienda y da pie a nuevas inversiones y al desarrollo de proyectos inmobiliarios en viñedos como locales comerciales, bodegas y oficinas. Como dato indica que, en Santiago de Querétaro donde se ubica el clúster vitivinícola, adquirir una casa tiene un costo de promedio de 4.7 millones de pesos y rentarla 37,000 pesos al mes, precio más alto comparado con los del centro de la ciudad de Querétaro.
De acuerdo con Inmobiliare, una mayor cercanía al clúster permite:
- Acceder a amenidades especializadas
- Mejores opciones de compraventa
- Alta plusvalía
- Más prospectos con interés de habitar en zonas de viñedos
Hablando de viñedos residenciales, José Ricardo Torres, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Desarrollo y Promoción de la Vivienda del estado, CANADEVI, expresa que “Este tipo de proyectos está orientado a un tipo de vivienda campestre y premium de alto valor. Resuelve una circunstancia de una segunda vivienda para una población con un poder adquisitivo alto y que busca una zona de esparcimiento, una inversión en turismo”. Asimismo, al considerar que el enoturismo en la región tiene una derrama económica de 3 mil 500 millones de pesos anuales y la visita de 800 mil turistas, según la Secretaría de Turismo, algunos inversionistas inmobiliarios consideran que los proyectos de este tipo resultan interesantes para invertir.
En este aspecto, CREA, consultores inmobiliarios, de igual forma ve como una oportunidad invertir en bienes raíces en este estado del Bajío, lo mismo que en el estado de Guanajuato.
Clúster vitivinícola en Guanajuato
El vino en Guanajuato se ha producido desde hace más de 400 años y, recientemente, municipios de la entidad han retomado su vocación vitivinícola, consolidando poco a poco viñedos y casas productoras de vinos en la región. Por ello se inició la primera etapa para la creación del clúster vitivinícola de la zona.
“El proyecto se encuentra en una primera etapa del desarrollo, en la cual se busca identificar las áreas idóneas para el desarrollo del cultivo de la Vid, lograr incrementar la superficie sembrada y una mayor producción botellas y etiquetas”, reportó el Gobierno de Guanajuato. La entidad cuenta con 34 viñedos registrados en la Asociación Uva y Vino y se tiene registro de 9 viñedos no incluidos en la asociación, en conjunto, suman 385 hectáreas cosechadas y proyectos de expansión de 120 hectáreas en el corto plazo.
El enoturismo, de acuerdo con el gobierno, se dedica a potenciar y gestionar la riqueza vitivinícola de la zona a través de la degustación de sus vinos y la visita a bodegas y viñedos, hasta hospedaje, alimentos y actividades culturales. Esto representa características interesantes para la instalación de viñedos residenciales, que atraen a ese sector que busca casa en viñedo como una opción premium para estancias vacacionales.
Estos ejemplos pueden explicar por qué invertir en desarrollos inmobiliarios en viñedos. Sin embargo, no se pueden excluir las demás regiones vitivinícolas del país.
Hacer una inversión inmobiliaria en una región vitivinícola requiere de diversos análisis, entre ellos estudios de mercado, como los que realiza CREA, mismos que pueden determinar si la infraestructura, la ubicación y los servicios públicos cumplen con las variables apropiadas y las expectativas, a fin de obtener máximas ganancias.